lunes, 31 de enero de 2022

Al abrigo de un café

  


AL ABRIGO DE UN CAFÉ



¡Cuánta tristeza
hay en la tierra!
nos ha alcanzado
una pandemia.

Y la humanidad
a cierta esperanza se aferra.

Sin embargo
la angustia inclemente
en las naciones crece.

En mi ciudad ya el frío avanza,
pues el otoño reina
y su vaho de niebla nos lanza.

Las calles por las noches
son un desierto,
ya no existe vida nocturna.
Ya todo parece muerto.

Quizás sólo en los hogares
las familias se reúnen
al abrigo de un café selecto.

INGRID ZETTERBERG

Ya no aguanto...(Poema jocoso)




 YA NO AGUANTO


Estoy harta de este virus
que me está volviendo loca,
en todas partes lo anuncian
y lo veo hasta en la sopa.
La gente parece usar bozal
pero dicen que es tapaboca.
Ya no aguanto esta cuarentena
y escaparme me provoca.

No soporto la mascarilla,
francamente me sofoca;
y usar guantes de látex,
eso si que me trastoca.

Al diablo con la pandemia
que usar tanto alcohol, me choca.
Ya mucha prohibición de parte del gobierno
que con tanto bla bla bla se equivoca,
porque cuando a uno le llega su hora
toda precaución es poca.
Y no hay nada más que hacer,
si hoy me muero es porque me toca.

INGRID ZETTERBERG

Marzo 2,021

Aguas soñadoras

 


AGUAS SOÑADORAS


Te adoro, oh mar
cauteloso y tímido,
cuyas aguas perfumadas
de sal y arena
quieren besar mi piel.

Y yo te he dejado solo y olvidado
en tu quejumbre
y tus latidos,
en tu rumor de aguas soñadoras;
en tu celeste paz.

Quiero volver a ti
y descalza besarte
con mis pies temerosos.

Me envolverás
en tu cadencia,
oh amado mar
que lloras en tu esencia.

Te lo prometo,
en Enero estaremos juntos
retozando
en tu vibrar absoluto
y volveré a ser parte de ti.

INGRID ZETTERBERG

domingo, 30 de enero de 2022

¿Un hada o una diosa?

 


¿UN HADA O UNA DIOSA?

¿Quién eres
oh dama del viento?
Tu sueño retoza
entre las nubes
y tu cabello
se convierte
en manantial risueño.

¿Quién eres
entre visiones transparentes?
quizás una diosa
de blancos silencios
que emergió
de las pálidas aguas
que alumbra el firmamento.
O tal vez un hada
entre montañas y ecos.

Mas de pronto te difuminas
con el lila del cielo
y sólo queda una humilde paloma
aleteando sobre la cascada
que cae al manso riachuelo.

INGRID ZETTERBERG

(Inspirado en la imagen)


Quiero escapar del mundo

 


QUIERO ESCAPAR DEL MUNDO

A ese espejo de aguas serenas
y a esa luna distante
es mi sencilla ofrenda.
Hoy que mi alma se distrae
apacible y venturosa
en este frágil velero que evade
la tempestad del mundo
y sus avatares.
A ese mar de azul profundo
elevo mis humildes versos,
hoy que en el sufrir me hundo
entre la humanidad sin consuelo.
Quiero escapar en la distancia
de las naciones amargas
en este océano brillante y pleno,
y en huida que me embriaga
me beberé la noche, ese es mi anhelo.

INGRID ZETTERBERG

Amado océano


 

AMADO OCÉANO


Amo la belleza del mar
que me cubre
de susurros apacibles.

Que emociona mi alma
con sus dorados reflejos
en noches como ésta
en que el cielo
se abre benigno
y emana su luz cálida.

Amo la paz de sus ondas
que me hablan de ignotos misterios,
que incesante se renueva
en la espuma bordada en la orilla
que va y viene besando huellas.

Amo su majestuoso silencio
cuando el oleaje se aquieta
como si una mano invisible
lo detuviera.

INGRID ZETTERBERG

Poeta

 


POETA


Arde una vela
silenciosa
junto a los versos
de papel sepia.

Duele ver
que el poeta ya se fue.

Y el tintero se seca
en la ausencia.

Poeta que derramabas
música...
Se apagan tus pasos
en la distancia
y tu numen en la oscuridad
ya descansa.

¿Para quién fueron
tus letras olvidadas?

No lo sé,
pero a donde quiera que vayas,
llevarás en los bolsillos
flores azules marchitadas.

Aquellas que quisiste ofrendar
a la escogida de tu alma,
pero ella en su balcón
ya no estaba.

Poeta de lágrimas y oración
hoy recorres una senda gastada
como tu risa que se perdió
junto al alfeizar de su ventana.

INGRID ZETTERBERG

La cumbre del gozo

 


LA CUMBRE DEL GOZO


Cobijada en vuestros latidos
dejo las huellas de mis lágrimas
protector de mi alma,
porque adoraros es mi instinto.

Dos palomos blancos
se entregan amores
entre las ramas y sus brotes
y yo me duermo en vuestros brazos.

Mecedme hasta el amanecer,
que vuestra respiración me arrulle
y me hagáis conocer la cumbre
del gozo, y no os abandonaré.

INGRID ZETTERBERG


miércoles, 26 de enero de 2022

Plumaje blanco

 


PLUMAJE BLANCO


Cisnes tan bellos,
de blanca pluma
que merodean
en la laguna,
van huyendo
de crueles cazadores
y entre la frondosa hierba
se refugian.

Cisnes de sol y luna
que se deslizan
como gallardos príncipes
en la espesura.
Hay dolor en su canto,
hay aleteos
de simiente pura.
Cisnes de plumaje blanco
que se reflejan
en el espejo del lago.
Nostalgia abunda
en su presencia y letargo.

Se alejan
por el camino del sol,
alumbrados
y en parejas.
Regalan una paz nívea
a todo el que los contempla
y su cantar trae melodía.

INGRID ZETTERBERG

Silencio de soledad

 


SILENCIO DE SOLEDAD

Amado mío
te quedaste solo
en la desnudez de tu alma,
cuando yo descendí
a las frías aguas
del adiós.

Allí donde los peces
me rodean de azul dolor.
Mi figura
se va difuminando
en tu recuerdo,mis ojos tristes, en letargo
se perdieron en la mar.
Todo es silencio
de soledad.
En los matices azulados
se mece mi ausencia
junto a corales
del negro océano.
Y tus lágrimas amado,
bañan tu rostro
en este encuentro solitario.

Somos dos almas
que la muerte ha distanciado.

Somos dos que se aman
en la penumbra
de no poder alcanzarnos.

INGRID ZETTERBERG

(Inspirado en la imagen)



Torrente de vida


TORRENTE DE VIDA


Maravillosa cascada
reverente,
que desciendes
con la fuerza del Altísimo,
dejas admirada
mi desnuda alma.

Yo te contemplo
y veo la pequeñez del hombre
ante tanta majestad.

Corres cual un río ancho
y traes presentimientos
de un mañana
entre tus aguas.

El verdor va creciendo
en tus laderas
y te asemejas a un monumento
descendido del cielo.

Gracias por existir,
torrente de vida,
por dejar que mi ser se llene de ti.

INGRID ZETTERBERG

 

Amado por mi alma


 AMADO POR MI ALMA


De pie junto al cristal
del sublime lago
contemplas la vida que se va.

Altos cipreses en la distancia
reflejados se amotinan
en el espejo de las aguas.

Y parecen sumergidas
las montañas nevadas
en la transparencia fría.

Y tú saboreas con encanto
que derrame su paz
paisaje tan gallardo.

Hermano mío,
amado por mi alma,
recién noto que ya te has ido.

Pero aquella foto
de tu vivo recuerdo
me hace creer que volverás pronto.

INGRID ZETTERBERG

Gracias por amarme


 
GRACIAS POR AMARME


Gracias amor
por ese ramo de ternura
que me ofrendaste hoy.

Claveles y crisantemos
volaron desde tu alma
hasta mi pecho.

Capullos abiertos,
aromas de paz
que en mi regazo voy meciendo.

Gracias por este detalle
de caballerosidad,
gracias por amarme.

En mi florero de cristal
con bordes dorados
lo voy a colocar.

Amado, tú detienes el tiempo
en esta hora de milagro
en que tus flores yo contemplo.

INGRID ZETTERBERG

¡Todos han partido!

 


¡TODOS HAN PARTIDO!


¡Qué silencio habrá en tu casa
en esta fiesta pascual!
El frío
va llenando los vacíos,
cae la nieve en un ritmo lento,
y ya todos han partido.

Se la llevaron
a tu anciana madre
sus avanzados años;
tu hijo, ya no está
y tú, casi sin sospecharlo
con tus pasos quebrados
permaneces más allá
en encierro solitario.

Llegará la nochebuena
y no adornarán las guirnaldas
ni se encenderán las velas.

El salón estará a oscuras,
rincones desiertos
que con tu ausencia enlutas.

¡Qué dolor ese pino enhiesto
de tu jardín desolado!
en cuya copa el zorzal
emite su triste canto.

El viento mece
las flores que tú plantaste,
amado hermano.
Y casi pareciera
que por ti están llorando.

Tu guitarra ya no vibra
y el polvo cubre aquel piano
en el que tus manos
finamente se deslizaron.

¡No habrá navidad!
ni con tu bella voz
villancicos entonarás.
Diciembre llegó
y en tu casa hay soledad.

INGRID ZETTERBERG

Dedicado a quien amo
Año 2,019

martes, 25 de enero de 2022

Noche de unción

 


NOCHE DE UNCIÓN


Con los cabellos al viento
y la luna
girando entre mis dedos,
me entrego a la noche diáfana,
azul de terciopelo.

Juego a ser una
con el mágico resplandor
de la blanca esfera
y me postro de rodillas en el suelo.

Noche de unción
que me llena y me cautiva
con la lumbre del cielo
que provoca mi inspiración
y la hondura de mis versos.

Lumbrera eterna
que me acompañas y seduces,
a ti también me entrego.

INGRID ZETTERBERG

Un corazón herido

 


UN CORAZÓN HERIDO


Oleaje
que suavemente te llevas
el amor de sus manos,
la huella que dejó
en las cálidas arenas
antes de partir.

Un corazón que llora
empapado de mis penas,
y se va difuminando
con la espuma mansa
y el susurrar de la marea.

Playa ignota
que nuestras almas visitaron,
donde quedara la dulce escena:
Un corazón herido, quebrado,
que el mar borró lentamente
en la hora postrera.

INGRID ZETTERBERG

miércoles, 19 de enero de 2022

Mi jardín

 



MI JARDÍN


Este es un jardín
amaneciendo infinito,
con perlas de escarcha
tatuadas en sus hojas,
con rocío derramado
como cristales enmudecidos
sobre pétalos de sangre.

Este es un jardín eterno,
tiene raíces que devoran
el asfalto;
árboles exuberantes
que se elevan
sin límites,
y quieren atrapar las nubes.

Este es un jardín breve,
poblado de cantares
que atraviesan las ramas.
Estallido de colores
entre plumajes y alas,
amarillo estridente;
azul acerado
y rojo de esplendor,
llenan de luz
los rincones del amanecer.

Este es mi jardín,
con su huerto cobijado
ente arbustos y flores.
Hierbabuena y albahaca
sembradas junto al rosal
que murió en el silencio
de ausentes mariposas.

Mi jardín,
mi sueño hecho melodía
de trinos y gorjeos
que acompañan
el zumbido de las abejas.

Mi patio,
coronado de crisantemos
y arrullo de palomas,
rumores de aguas
deslizadas, leves, serenas...
Mi refugio con garúa
de invierno,
la musa de mis versos.

INGRID ZETTERBERG

El clamor


 
EL CLAMOR


Solitario mar
¡cómo ruges en tu nostalgia!
En el gris paisaje
de gaviotas heridas
como sombras,
te debates
entre un oleaje majestuoso,
y perlada agonía
de espuma silente
en la orilla.

¡Cómo siento tu dolor,
océano ardiente!
y es que en lo profundo
de tu entraña
al hombre perdido
clamas:
¡Ya no más veneno
en mis oscuras aguas!

Rumoroso mar
se va agotando la vida
en tu cálido seno,
ausencia de paz...
¡Cuánta indiferencia
del hombre
a tu magna belleza!

Hoy te nombro
soberano y rey,
porque nos ofreces
el magnífico alimento
del Creador
en su bondad.

INGRID ZETTERBERG

Árbol enjuto


ÁRBOL ENJUTO


Desnudas ramas,
como negras manos
crispadas
hacia el azul cielo.
Tu cansancio de siglos
yo presiento.

Soledad de pájaros
ausentes
te dejó el invierno,
hojas que como lágrimas
secretas, fluyeron.

Árbol enjuto,
despojado de la vida,
hoy te inclinas
y saboreas el silencio
del mar de escarcha
que te azota
con el viento.

Mañana
habrá un derroche
de eneros
entre tus ramas dolidas
y volverán a poblarte
las hojas
entre soles benévolos.

INGRID ZETTERBERG


Los años que me restan

 


LOS AÑOS QUE ME RESTAN


¡Cuán largo es el sendero
atravesado de niebla
que aún me resta!
Voy a solas
tras las huellas
de mi destino.
Dejo atrás la vida,
que fue noble y grata
y llevo conmigo
esos globos de colores,
ofrendados por un niño
a cambio de unas monedas
a la vera del camino...

Estos simbolizan
cada etapa feliz
que me tocó asumir,
como también cada tropiezo;
cada lágrima
que se empozó en mi herida...

Llevo mi valija
repleta de recuerdos,
humano sentir
en cada objeto amado,
en cada prenda aromada
de esencia sentimental.
El cofrecito que pintó
mi tierna hija.
Las amarilleadas cartas,
que alguna vez
conmovieran mi alma.
Aquella bufanda que tejieron
las manos de mamá,
y el guardapelo que me obsequió
mi padre...

Llevo conmigo
reliquias del ayer,
y en la silenciosa carretera
mis ojos se arrasan de llanto
por los días inciertos;
aunque sé que la mano de Dios
será mi guía
en los años que me restan
por vivir.

INGRID ZETTERBERG

(Inspirado en la imagen)



lunes, 17 de enero de 2022

Volver a mis raíces

 


VOLVER A MIS RAÍCES


Mis poemas son
una tristeza inmensa,
una llanura de pájaros
silenciados
a golpe de piedra y honda.

Mis poemas no cantan,
gimen oscuros
en mi ausencia,
porque no me hallo
en mis versos.

Me he perdido
en el bullicio
de la ciudad,
en el acero
y el cemento.

Y no hallo
mi antigua soledad.
Mis taciturnos pétalos lilas
del solemne jacarandá
se los llevó el tiempo.

El otoño compañero
ya no me visita.
El ocre de sus hojas
se escondió de mis versos
desvaídos, añejos.

Quiero volver
a mis antiguas raíces,
a mis noches de luna;
que como joya perlada
alumbraba mis letras.

Quiero los pájaros celestes
en mi ventana.
El amanecer musical
bordado con un cielo de plata,
quiero la tibieza
de mi alma
en la agreste frialdad
de mis versos de escarcha.

INGRID ZETTERBERG

No lo puedo asimilar

 


NO LO PUEDO ASIMILAR


Dolor hay
en la humanidad
sacrificada...
Voluntad de los dioses
que se reúnen
para juzgar,
misterios que no encajan
en el inmenso rompecabezas
del mundo.

Humanidad vencida,
atada a soberanos castigos
que no logro asimilar.

¡Cuánto me duele
la mujer sin brazos,
que ostentando un pincel
entre sus pies
va pintando
paisajes de bondad!

Y el hombre que quiso ser amado,
y ni su madre lo cobijó,
va componiendo cantos
a su eterna orfandad.

Humanidad
que te desangras
en gritos silenciados
por latigazos
que vienen de lo alto...
¡Cuánta soledad!
¡Cuántos porqués
sin respuesta!

Niños en el África,
esqueletos sin sombra,
van deslizándose en la tierra
con los ojos de espanto
ante el ave de rapiña que los ronda.

Se me parte el alma
al escuchar
en la boca de la noche
voces de niñas
que imploran
¡Papá mío, vuelve ya!

Pero hay angustia
en la mirada,
gemidos de agonía
que no puedo asimilar.
Y la muerte
siempre triunfadora
alzando bandera
por todo el planeta
sumido en oscuridad.

INGRID ZETTERBERG





La felicidad se fue

  LA FELICIDAD SE FUE Me he asomado a un sol de melancolía, en esta ventana vespertina que ha mirado mis lágrimas. La felicidad se ha ido de...