AMADO POR MI ALMA
De pie junto al cristal
del sublime lago
contemplas la vida que se va.
Altos cipreses en la distancia
reflejados se amotinan
en el espejo de las aguas.
Y parecen sumergidas
las montañas nevadas
en la transparencia fría.
Y tú saboreas con encanto
que derrame su paz
paisaje tan gallardo.
Hermano mío,
amado por mi alma,
recién noto que ya te has ido.
Pero aquella foto
de tu vivo recuerdo
me hace creer que volverás pronto.
INGRID ZETTERBERG
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