NO LO PUEDO ASIMILAR
Dolor hay
en la humanidad
sacrificada...
Voluntad de los dioses
que se reúnen
para juzgar,
misterios que no encajan
en el inmenso rompecabezas
del mundo.
Humanidad vencida,
atada a soberanos castigos
que no logro asimilar.
¡Cuánto me duele
la mujer sin brazos,
que ostentando un pincel
entre sus pies
va pintando
paisajes de bondad!
Y el hombre que quiso ser amado,
y ni su madre lo cobijó,
va componiendo cantos
a su eterna orfandad.
Humanidad
que te desangras
en gritos silenciados
por latigazos
que vienen de lo alto...
¡Cuánta soledad!
¡Cuántos porqués
sin respuesta!
Niños en el África,
esqueletos sin sombra,
van deslizándose en la tierra
con los ojos de espanto
ante el ave de rapiña que los ronda.
Se me parte el alma
al escuchar
en la boca de la noche
voces de niñas
que imploran
¡Papá mío, vuelve ya!
Pero hay angustia
en la mirada,
gemidos de agonía
que no puedo asimilar.
Y la muerte
siempre triunfadora
alzando bandera
por todo el planeta
sumido en oscuridad.
INGRID ZETTERBERG
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