jueves, 13 de marzo de 2025

La agonía de una abeja

 


LA AGONÍA DE UNA ABEJA

Abeja escapada del panal
te hallé en mi sendero
tambaleante y trémula,
estabas lejos del huerto
y me ha dolido tu andar.

Ibas con rumbo incierto
y no podías ya volar.
Tu caminar era lento
alejada de tu vergel.

Extrañabas de las flores el néctar,
la lavanda, los girasoles,
las dalias abiertas.

Se veía que estabas en apuros,
abejita pequeña.
Sufriendo en la sombra
sin tus compañeras.
Era ya de noche
bajo el farol de mi vera
y cogiendo una hoja
de una alta enredadera

te llevé muy despacio
hacia una frondosa menta
con intención de salvarte
entre sus flores bellas,
pero ya al amanecer
estabas yerta.

INGRID ZETTERBERG

Derechos reservados

lunes, 10 de febrero de 2025

El Sena


EL SENA

Aguas tranquilas
con suaves ondas de espejo,
es el Sena de París.
Bajo los arcos se pasean los botes.

Amplitud de paz
bordeada de árboles,
con la torre Eiffel
coronando el paisaje.

La noche no existe en París,
lo alumbra la vida,
la luz reflejada en el Sena
con pinceles que agonizan
en el rumor de la nocturnidad.

Rumores de aguas tranquilas
bajo arcos de farolas antiguas,
¡qué paisaje de pura belleza!
¡no quisiera morir sin ver el Sena!

INGRID ZETTERBERG

Derechos reservados

 

domingo, 22 de diciembre de 2024

Dolor de madre


DOLOR DE MADRE

Hoy es Nochebuena,
y una anciana decoró su hogar
con guirnaldas
y una corona en la puerta
con cintas satinadas.

Invitó a sus hijos
para no estar en soledad.
Adornó la mesa
con mantel rojo
y verdes velas.
Sacó su mejor vajilla,
aquella que usaba en las cenas
cuando su esposo aún vivía,
eran de filos dorados
y relucían.

Le parecía oir pasos
en el umbral de su vivienda
y su corazón acelerado
por un momento sin fondo
latía esperanzado.
Atisbaba por la ventana
cuando escuchaba voces
mas no eran sus hijos del alma
sólo era el viento
o el murmullo del tiempo.

El minutero del antiguo reloj
la angustiaba.
Cada treinta minutos
una campanada.

Las horas fueron pasando,
había hecho al horno algo de ensueño,
un pastel de hojaldre
algo delicioso,
pero se fue enfriando.
¡Cuánto dolor en esa madre!
ya eran las doce,
y las lágrimas bordearon
la solitaria noche
porque los hijos nunca llegaron.

INGRID ZETTERBERG

Derechos reservados

 

domingo, 24 de noviembre de 2024

Masticando sueños


MASTICANDO SUEÑOS

No es para todos
este viento que abraza
con la suavidad de una luz,
no es para todos el azul
que se esconde en el campo.

Ni son las briznas y las flores
que salpican en silencio
para los que sueñan
con el toque de las hadas.

Viento otoñal
que te llevas mi esperanza
y mi paz.
Me dejaste envuelta
en el gris de esta gasa
que me cubre de la soledad.
De la soledad de no ser nada
y masticar mis sueños con dolor.

Viento que me arrastras
por los surcos del destino,
no traerás para mí
el aroma a lo divino.
Porque no es para todos
la póstuma felicidad.

INGRID ZETTERBERG

 

domingo, 3 de noviembre de 2024

El niño que rehusó despertar

 


EL NIÑO QUE REHUSÓ DESPERTAR

¡Qué triste cuando los gorriones
alzan el vuelo y se alejan!
Ya no aletean en mi ventana,
se han escondido entre flores blancas.

Y ya no hay esperanza,
ya las estrellas alfombran
el oscuro cielo.

Ni siquiera la lluvia me acompaña,
solamente un agónico silencio.

Ese niño sus manitos ha juntado
en algún cementerio.
Se acurrucó en una lápida fría,
y no quiere ser despertado,
lo afirmó con porfía.

Es otoño, y las hojas amarillas
se arrastran añorando
versos de antaño.

INGRID ZETTERBERG

Dedicado a la inspiración
que a veces se muere

Derechos reservados

domingo, 6 de octubre de 2024

Palomar dormido

 


PALOMAR DORMIDO

¿Dónde estás paloma torcaza?
que ya no vienes con tus pasos menudos
a comer maíz de mi mano trémula?

¿En qué plaza te escondes?
en qué caminos del mundo?

Todo acabó.
Te llevaste mis mañanas.
Ya todo está oscuro.

Se ha secado el lago azul
espejo de aguas era mi alma,
visiones apacibles
que se deslizaban
sin esperar el ruego.

Se ha callado la sílaba amada,
ha cesado el viento;
aquel que traía mágicos misterios
y yo flotaba
en ese lago vespertino
donde todo era posible,
hasta encontrar piedras preciosas
en sus profundidades,
pero las gemas se han perdido.
El palomar está vacío de cantos
y las palomas se han dormido.

INGRID ZETTERBERG

lunes, 16 de septiembre de 2024

Sendero de ayer

 


SENDERO DE AYER

Ven, acércate a mí
que te has ido apagando
entre amapolas celestes,
entre olivos y fuentes que hablan;
que te has ido por el paseo de las flores,
y las veredas de lluvia gris
robadas a mis ojos,
a mis pasos
que ya no te viven,
que te dijeron adiós en la sombra.

Ven, no te vayas de mí
caminito estrecho y empedrado,
aún quiero hallarte
en mi andar solitario.

Tú que me conduces a la pérgola
del recuerdo,
la de las hiedras frondosas
junto al romance de aquel palomar.

Sendero que me ha robado el viento,
quiero retenerte bajo mis pies descalzos,
tú que me esperabas a solas
tras aquel enrejado que oxidó el tiempo,
vereda de paz, de música
que aún en mi alma siento.

INGRID ZETTERBERG


miércoles, 17 de julio de 2024

Cuando todo me diga adiós

 


CUANDO TODO ME DIGA ADIÓS

Quizás un día
ya no estaré aquí.
Me llevaré lejos
esta melodía que llora;
mis letras empolvadas
por las calles
buscarán a las almas.
Un refugio,
un resquicio para entibiarse.

Quizás un día
yo diga adiós a este canto,
que arrastra lamentos.
Trinos gloriosos
cruzarán los vientos,
y los álamos
se mecerán serenos.
Y esa guitarra que sangra
no traerá más mis versos.

¡Cuánto daño de pronto
me hará el silencio!

Los pastizales en calma
bajo el mismo cielo
habrán de decirme adiós.

INGRID ZETTERBERG

jueves, 20 de junio de 2024

El naufragio


EL NAUFRAGIO

En medio del mundo hostil
que te rodea
como ondulantes aguas del mar
que no para,
con manos temblorosas
te aferras a esa madera,
símbolo de la cruz de Cristo;
tu salvación, tu meta
en los restos del destino.

Niña en tus ojos
la profundidad del mar
e inocencia en tus ojos,
la vida ya te ha golpeado
con su cruel indiferencia,
con los tragos amargos
que da de beber a la pobreza.

boca de caracol,
mi dulce pequeño
no esperes ningún favor de este mundo,
aunque seas sacudido por el mal en la tierra.
te veo en tus brazos
la palabra de Dios,
no os separéis de ella;
que aunque te pique el dolor
será tu panacea.

INGRID ZETTERBERG

Derechos reservados

 

miércoles, 1 de mayo de 2024

El huésped

 


EL HUÉSPED

Ya va llegando el otoño
y va regando sus semillas de ternura
en mi solitario huerto.
Y va desmenuzando trocitos
de brisa fresca, que no son olvido.

Viene a hospedarse
cual invitado de mi alma
y se acomoda entre los pinos del patio.
Como un labriego es amable
y me ha saludado
desde las frías nieblas que lo arropan.

El otoño es un viejo amigo,
huésped de mis noches;
compañero del camino.

Pasajera es su huella.
Mas yo quisiera que se eternizara,
pero pronto debe darle paso al invierno,
aquel oscuro enemigo.

INGRID ZETTERBERG

Derechos reservados

jueves, 11 de abril de 2024

La felicidad se fue

 


LA FELICIDAD SE FUE

Me he asomado a un sol
de melancolía,
en esta ventana vespertina
que ha mirado mis lágrimas.

La felicidad se ha ido de puntillas,
como sigilosa,
como desapercibida.

No tengo más
el secreto de la risa.
Se ha escondido entre versos
y cortinas.
Se ha ido cabalgando
cual un negro corcel
que va de prisa.

En otros tiempos, el llanto
no surcaba mis mejillas,
yo exhalaba juventud,
yo reía.

Los años se escabulleron
por mi ventana, llegó la vejez
y no han vuelto a iluminarme aquellos días.

INGRID ZETTERBERG

De mi poemario
"El vuelo de las golondrinas"

Derechos reservados

miércoles, 20 de marzo de 2024

Dame


DAME

Dame palabras de brisa
que mitiguen soledades.
Dame pétalos lilas
que tiñan con sus bondades
mi andar sin tanta prisa.

Blancos silencios
con la nieve del tiempo,
un pasar de años
apacibles y lentos.

Dame voces amables
que atisben mis umbrales;
que toquen a mi puerta
un caudal de emociones;
que me brinden su amistad
mariposas y gorriones...

Que mi sombra habite mi huerto,
y pueda cosechar
la labor de mis manos.
Dame un gesto tierno
en los ojos de mis nietos.

Que visiten mis pasos
aunque ya se hagan viejos;
que me inviten un dulce
de sus tesoros eternos.

Dame una fuente que ría
entre negras piedras sombrías;
y el sonido leve del agua
golpee suavemente mis mañanas.

Que alguien en la faz del mundo
se impregne con mi esencia
y vaya saboreando mis prosas,
mis versos y vivencias.

Dame largura de décadas
y cumplidas promesas.
Y no olvides que fui el ave mansa
que agonizó en la espera.

Que fui tórtola cobijada
bajo el alero de tu templo,
donde la blanca escarcha
me cubría de silencios.
Dame por fin tu abrazo
que ablande mis decepciones
cuando atraviese la luz
y me arrope en tu regazo.

INGRID ZETTERBERG

(Estas peticiones se las hice
al Señor hace muchos años, pero
he preferido publicar este poema
en este blog, en vez de hacerlo 
en el blog espiritual.)

Derechos reservados 

viernes, 1 de marzo de 2024

Entre los pliegues de su túnica

 


ENTRE LOS PLIEGUES DE SU TÚNICA

En mi hogar hay paz.
Aves cantarinas que pasan en bandadas
festejando la luz vespertina.
No abunda el dinero,
es más, escasea,
pero no falta el alimento;
campanitas de alegría
del bambú que recrea.

El viento traspasa la ventana
refrescándonos de este verano que castiga.

Aún perdura la luz;
la mano de Dios se posa en mi tejado,
mi casa está guarecida
entre los pliegues de su túnica.
Él no nos olvida.

Las voces amansadas por el viento, nos visitan.
Es hora de la siesta
y los párpados se cierran.
¡Qué paz!
se apagaron los ruidos de la avenida,
se calló el megáfono del que vende
uvas y granadillas.

El afilador de cuchillos que imita
el silbido del tiempo
se ha silenciado un momento.

Los árboles se agitan en la tarde mansa,
y la paz de mi hogar
se vive en el silencio.

INGRID ZETTERBERG

Derechos reservados

lunes, 12 de febrero de 2024

Monotonía

 


MONOTONÍA

(Inspirado en la pintura de George
Pierre Seurat)

Empecé a morir
cuando el hambre tocó mi ventana
y el sol se posó sobre mi espalda.

Empecé a morir
sentado allí
frente al más grande aburrimiento.

Laguna que no me dices nada,
en este sol que amodorra
y todo pareciera en paz,
mas las sombras de los árboles me llaman.
Quisiera ir hacia ellas
y refrescar mi alma.

Mi estómago cruje de hambre
a esta hora en que el sol hostiga
y yo empiezo a morir
observando a la gente que descansa
de su monótona vida.

Domingo azaroso, o sábado quizás,
me enferma la monotonía
en este césped vulgar
frente a la laguna tan fría,
a la que no me atrevo a entrar.

INGRID ZETTERBERG

De mi poemario
"El vuelo de las golondrinas"

Derechos reservados

miércoles, 31 de enero de 2024

Canto de despedida

 


CANTO DE DESPEDIDA

Ya nadie habla de la niña del cántaro,
yo besé sus manitas de piedra fría,
su soledad de campos olvidados.

Ella era un poema de campanas,
abandonada entre el polvo de los días,
la lluvia rociaba su alma helada
y el tren al pasar le echaba su oscuro vaho.

Niña cincelada entre los campos,
se derramaron sobre ti los años.

Cuenta la historia que hace muchas décadas
tú amabas y reías.
Recogías agua en el pozo del poblado
y jugabas con otras niñas.

Pero dicen las lenguas que una mañana
un tren arrasó con tu débil cuerpo de nácar
al cruzar la vía.
Y en tu nombre te erigió eterna
un compadecido artista.
Desde entonces en su vaivén de brisas
sólo las flores
te entonaron un canto de despedida.

INGRID ZETTERBERG

De mi poemario
"El vuelo de las golondrinas"

Derechos reservados

Nota: Este poema me lo inspiró un sueño que tuve hace algunas noches. Y me lo destacaron en el foro
"Labradores de poesía"




sábado, 6 de enero de 2024

Desde el alma te invito




DESDE EL ALMA TE INVITO

Amiga,
ya se nos fueron las décadas
en el espejo del tiempo...
Ya no somos las niñas
que jugaron bajo la higuera.
Nuestras muñecas
fueron al destierro.

Amiga,
la vida pasó como un viento
que no regresa.
Nuestras risas y cantares,
nuestros discos de vinilo,
todo se ha perdido.

Quince años
atesorábamos en nuestras manos,
¿qué fue de aquellos abriles transcurridos?
una niebla ya los cubre.

Hoy vamos por nuestra última vereda
¡tan llena de recuerdos!
acaso una llamada,
una visita que no llega,
y es que ya estamos viejas.

Amiga, desde el alma te invito
para soñar con lo que se ha ido,
para beber otra vez el agua fresca
de la niñez que se nos fue,
porque aquí en mi mesa
siempre habrá un sitio que te espera.

INGRID ZETTERBERG

Dedicado a mi
querida amiga 
Lily Cordero Grellaud

Derechos reservados

 

miércoles, 20 de diciembre de 2023

Labor navideña

 


LABOR NAVIDEÑA

Navidad eres tú hija mía,
con tus manos laboriosas
me has llenado de brillo y alegría
la casa.

Mi niña buena, ¡Qué buen gusto
para decorar!

Has hecho grandes listones,
los espejos con guirnaldas
luces y ternura en el jardín.

Mi Stephanie, mi ternura
¡qué paciencia la tuya!
¡y qué corona reluciente!

Has trabajado hasta de madrugada.
Tu labor me enorgullece,
pues todas las vecinas te alaban.

INGRID ZETTERBERG

Dedicado a mi amada hija Stephanie

viernes, 1 de diciembre de 2023

El pez

 


EL PEZ

Pececito azul,
quiero llevarte
latente.

Unas manos
que amo
en silencio,
te dieron hogar.

Acuario
que encierra
tu fino aleteo
de velero
al viento.

Y piedras
diminutas
en un son 
ingenuo,
bordean
tu palacio
de cristal.

Pez escogido
entre un millar,
arrancado
del susurro
de las aguas.

Pronto
han de escapar
mis miradas
de tu mansa
soledad.

INGRID ZETTERBERG

(En la casa de mi hija Claudia en Boyton beach. 
Abril 2,010)

Derechos reservados

La agonía de una abeja

  LA AGONÍA DE UNA ABEJA Abeja escapada del panal te hallé en mi sendero tambaleante y trémula, estabas lejos del huerto y me ha dolido tu a...