SILENCIO ONÍRICO
¿Dónde está la llave
de la puerta herida de sombras?
¿Dónde va tu ausencia
perdida en oscuros callejones?
Las manecillas del reloj
se detienen en el desértico paraje.
Todo quedó estancado.
El sueño que dictaba
palabras de oro amables,
se escapó entre rendijas
de anochecer.
Y tú, escondiendo tus pasos
entre balcones y golondrinas
te has quedado muy solo
en los libros del ayer.
Y yo te busco repitiendo tu nombre,
tus versos, tus tesoros;
que vivirán por siempre
en mi alma, gemela de la tuya.
¡Que corto es el silencio onírico!
y las páginas
de letras vencidas,
donde ya no caben las mías.
Te miré en tu atroz lejanía
y me vine envuelta en lágrimas
con mi decepción, sin fuerzas, sin vida.
INGRID ZETTERBERG
Dedicado al gran poeta
Gustavo Adolfo Bécquer
(después de un sueño que tuve
con él)
De mi poemario
"A la sombra del ñandubay"
Derechos reservados
Que sonoridad tan bella tiene esta poesia, amiga querida ademas, la tematica me llega profundamente, como si fuera una opera. Creo que se debe a la desesperacion que transmite.
ResponderBorrarBesitos, hermosa.
Gracias querida amiga Hada por estar presente entre mis versos y dejarme tan hermoso y fino comentario. Un abrazo grande.
BorrarSilêncio carregado de saudade e tristeza.
ResponderBorrarPrecioso poema.
Beijinhos
Gracias Maria por visitar mis versos y dejarme tan bonito comentario que aprecio mucho. Un abrazo.
BorrarMetáforas tan delicadamente elegidas!; hacen de este poema una melodía armoniosa. Bello como tendrá que ser el alma que lo escribe.
ResponderBorrarGracias Ingrid por compartirlo.
Un abrazo.
Gracias mi estimada Graciela por recorrer mis versos y dejarme tan elegante comentario que valoro en gran manera. Un abrazo grande.
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