GRANADA
Alamedas sombreadas
por altos cipreses,
callejas angostas y empedradas
donde asoman los balcones en flor.
Fuentes ambarinas
entre faroles que son reliquias,
y mi alma
descubre poesía
en el danzante manantial.
Granada,
nocturnos cielos te nombran
entre versos que descienden
por tus piedras amadas;
quiero asomarme a tus vitrales,
bajo la majestad de tus arcos
y los escudos cincelados
en tus blancas murallas.
Granada,
la de las voces que gimen
y cantan,
la de los versos dolidos
a través de los siglos;
la de las noches misteriosas
de la alhambra.
INGRID ZETTERBERG
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