AMOR QUE DUELE
Amado, estoy ausente
aunque esté a tu lado,
y la noche nos contempla
y se va yendo
mientras recoges mi esencia,
te veo hermoso
desde tus besos hasta el alba,
y eres grato desde tu alma
a mi fragancia;
porque te escondes en mi silencio,
amado y tierno idilio.
Y soy tuya
y a la vez soy ajena,
porque al mirarte agonizo...
Mas tú siempre serás
aunque todo perezca
porque tu boca es mi martirio
y ambos sufrimos,
por tanto, deberíamos amarnos
aunque este amor nos duela;
y la noche se extinga
y yo me vaya muriendo
en mitad de tu olvido.
INGRID ZETTERBERG
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